Aquí estoy sentada en la mecedora de mimbre. Como las piernas no me alcanzan hasta el piso, me impulso de la pared de atrás con las manos. Me balanceo duro y no paro. La mecedora está en el patio. Desde acá puedo ver los gatos vecinos que duermen y juegan en el techo. Anoche Tobita, mi gata que tanto quería, se cayó cuando intentaba saltar de un techo a otro y quedó tendida en el patio, con su barriga llena de gaticos para los que yo ya tenía nombre: Lucero, Pepino, Mariposa y Viento. Esperanza, que es mi nombre, lo tenía reservado por si nacían cinco.

Cuando Tobita murió quise que mamá hiciera una operación para salvar a los pequeños. Pero ella dijo que no tenía caso, que de todas maneras los gatos sin mamá no se crían y que, además, ya estaba loca por deshacerse de todos los animales.

Lloré mucho hoy en el entierro. Yo misma me ofrecí para hacer la ceremonia. Papá abrió una zanja en el solar, al lado del limón, y yo metí a Tobita dentro de una caja de zapatos para que los ojos no se le llenaran de tierra. Papá dijo que la caja se rompería de todos modos y que Tobita sería más feliz si pudiera servir de alimento al árbol. Me negué a hacerle caso y él, para que yo dejara de llorar, terminó echándole tierra a la caja y cubrió el sitio con unos ladrillos.

Le puse muchas flores y una cruz grande que yo misma hice con gajos del árbol. Alrededor coloqué cinco cruces pequeñas porque estoy segura de que eran cuatro los hijos que iban a nacer. La quinta la puse por si la esperanza, porque dicen que nunca muere.

Y aquí estoy, meciéndome con mucha fuerza y llorando bajito, porque no puedo soportar esta muerte. Para todos parece normal, se preparan para salir, ya no comentan el asunto. Estoy esperando que se vayan porque luego voy a correr hasta la tumba, quito la tierra con las manos hasta encontrar la caja, saco a Tobita y le abro la barriga con las tijeras. Estoy segura que adentro aún está viva la Esperanza.

Luego, la vuelvo a enterrar sin caja. Después de todo, me gustaría ver los ojos de Tobita mirándome en los limones de la próxima cosecha.

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